"Ella era taciturna, de pocas palabras, angustiada y sensible; para Ella la vida era como un pastel cubierto de arsénico, y cada bocado le envenenaba un poco más"
Allí estaba Ella sujentando impertérrita el pitillo. Con el brazo en alto, cuidadosamente colocado en ángulo agudo respecto al cuerpo. Iniferencia fingida y teatralismo tan acentuado que podría resultar empalagoso. Pero no. Ella es perfecta. Exhala un perfumeque flota a su alrededor en un halo de misterio y caramelos. Porque Ella es así. Como un caramelo: dulce. Pero que está relleno de hieles. La mitad de los jovenes del local, conocen su temible capacidad de jugar con ellos y parecer encantadoramente inocente. Aún así el magnetismo que ejerce sobre ellos es inevitable.¿Me pregunto si será ese olor dulzón y embriagador que desprende? Supongo que es solo mi imaginación.Ella siempre decía que todo era consecuencia de la insoportable (o adorable) debilidad secreta del hombre.
domingo, 7 de diciembre de 2008
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