tag:blogger.com,1999:blog-25864441128049509632024-03-14T01:31:25.516-07:00Les rites de passagemanzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.comBlogger21125tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-76253469953547848822011-07-31T14:09:00.000-07:002011-10-11T03:44:44.862-07:00Absolute Ruhezone<span style="font-family:arial;"><span style="font-size:85%;">La ciencia ha desarrollado un vacío en el que la gente puede estudiar en silencio absoluto. El prototipo se encuentra en la biblioteca de la technische Fakultät de Erlangen, ciudad conocida también por albergar la primera sede de Siemens y haber inventado el mp3. También salimos en wikileaks.<br /><br />Ciudad puntera donde las haya, tiene un horizonte sembrado de enormes chimeneas que expulsan humo blanco ininterrumpidamente: algo se mueve en Erlangen. Nunca se descansa. Todos sabemos que esas chimeneas están ahí para infundir confianza en los ciudadanos, para que no pierdan la esperanza. "Eh, mirad, siguen con ello, día y noche. Tomad ejemplo."<br /><br />En las absolute Ruhezone se consigue trabajar más duro que en ningún otro sitio. Con tasas de rendimiento del 100%. Sin embargo, el vacío provoca leves pérdidas de audición en determinadas frecuencias. Da igual, el mp3 no las reproduce. Alles in Ordnung.</span> </span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-90477253928161160522011-03-20T07:17:00.000-07:002011-10-11T06:21:51.570-07:00PASEO MATUTINO<span style="font-family:arial;font-size:85%;">Esta mañana he ido a dar un paseo al campo que hay a un lado de Hartmannstraße. Con grandes prados y arbolitos. He atravesado un minibosque de abedules que tenían clavados con chinchetas corazones de papel con nombres escritos. He buscado el mío, pero no estaba. Un perro ha levantado una liebre a la que he podido seguir con la mirada durante un buen rato. A parte de conejos y ardillas, es la primera vez que veo una liebre en Erlangen.</span><span style="font-size:85%;"><br /><br /></span><span style="font-family:arial;font-size:85%;">He subido a un montículo y me he sentado en la ladera a leer un libro. He escrito un poco y me he tumbado a pensar un título. No un título aislado, es que necesito encontrar uno. Me he quedado dormida. Alguien me dijo como se llama esa siesta antes de comer, pero no me acuerdo. He echado una siesta de esas cuyo nombre no recuerdo, misteriosa, hasta que un perro se ha acercado a lamerme la cara. Me he despertado gritando, pues a tan corta distancia su nariz gelatinosa y húmeda daba miedo de verdad. Al incorporarme rápido he golpeado al perro y ha huido. Me he quedado allí, sentada con las gafas babeadas viendo como el dueño regañaba al perro. Me mirada con cara de "entschuldigung" pero con sonrisa de "qué graciosos son los perros, tan espontáneos ellos" en alemán, claro. Pensando en el amor por los perros, que de tan mal gusto parece no compartir, he sentido un agujero en el estómago. Era la una y trece minutos. Me levanté y me fui a casa a hacerme unos espaguetis.</span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-34775399861575272402010-02-04T09:37:00.000-08:002011-10-11T06:22:17.644-07:00Sr. Asca De Torres<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">- ¿Quién tenemos hoy?</span><br /><span style="font-family: arial;">- A la señora De Torres.</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿La señora De Torres? ¿La de...?</span><br /><span style="font-family: arial;">- Sí, esa.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Bueno, vamos allá. - y el doctor se dispuso a atender a la paciente con profesionalidad.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Abrigo de piel, pendientes de perlas que hacían que los lóbulos de sus orejas se balancearan más de lo necesario, bolso bien encajado en la axila y tacones bajos. Así se presentaba siempre. De buena familia y de buen ver, aun entrada en años. Se desnudaba con delicadeza, depositando cada complemento en el lugar adecuado para ello. Los tacones, la falda de tubo, la camisa, las medias, el sujetador, las bragas... Y toda la habitación se inundaba de tal hedor que parecía increíble que proviniese de ella. Tomaban las radiografías. De espaldas, de frente. "Levante los brazos". Y los levantaba con movimientos suaves, con ese pudor que hace a las mujeres de antaño tan irresistibles y femeninas. "Ya está. Puede vestirse (gracias a Dios)".</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-Tienes que hacer algo - suplicaba el doctor al técnico de rayos.</span><br /><span style="font-family: arial;">-¿Qué quieres que haga?</span><br /><span style="font-family: arial;">-Díselo de un modo sutil, una indirecta, no sé...</span><br /><span style="font-family: arial;">-Está bien, ya se me ocurrirá algo la próxima vez.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">La semana siguiente regresó la señora De Torres y se le realizaron las radiografías correspondientes.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-Veamos... - el técnico miraba al trasluz los huesos y entresijos de aquella singular dama de terrorífico olor - No han salido bien del todo... La densidad de la piel no permite distinguir bien los cartílagos de los huesos y sus articulaciones.</span><br /><span style="font-family: arial;">-¿Qué le ocurre a mi piel? - preguntó ella preocupada.</span><br /><span style="font-family: arial;">-Oh, tranquila, esto tiene fácil solución. Necesitamos que el próximo día venga recién duchada. Pero, justo recién duchada con agua muy caliente, lo que provocará que la circulación se acelere y la piel se oxigene, aumentado su elasticidad. Así las radiografías se verán mucho más claras.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Un rubor exagerado cubrió el rostro de la mujer. Ni el más tímido adolescente delante de la chica de sus sueños hubiera superado aquel rojo en sus mejillas. Bajó la mirada avergonzada.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-Sé a lo que se refiere, pero es que a mi marido le gusta así.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-87909921008145459252010-01-10T13:00:00.000-08:002011-10-11T06:22:48.113-07:00Testimonio<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">- Me acuerdo de que me dirigía una mirada cómplice, si si, cuando se paseaba por allí la Concha; por los pasillos. Me sonreía. Y ella tan grande...</span></span><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Porque os alegraba la vista.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Claro es que la Concha era una muchacha con mu buen tipo, y guapa, pero, eso sí, muy grandona.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Si sería la mejor. </span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Bueno si, pero sus hermanas también eran muy guapas, y la Lucía, tan rubia.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Y la Felisa, pero esa más chiquitilla.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- ¡Con la cinturilla de avispa que yo te digo!</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Ella había salido a la madre.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- La Sra. Marisa era una buena mujer. Bueno, ya os he contado la torta que le dio a una de ellas, Y ¡delante de mí! Porque la respondió un poco fuerte, y la otra no dijo nada, bajo la cabeza... y ya era mayorcita ¿eh?</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- A su padre lo conocía yo.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Tendrían una educación de esas de entones.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Era militar...</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- No, era guardia civil y ya estaba retirado, y trabajaba en una oficina. No sé, pero un buen hombre, así, un buenazo, grandullón.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Sería la Sra. Marisa quien llevara los pantalones.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Si por eso lo digo, que yo creo era ella quien llevaba la responsabilidad de la educación, además que eran todas chicas. Él, en su despacho, no se enteraba de la misa a la media.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Me acuerdo que una vez la madre le dijo a las hijas, a la Concha y a la Felisa, que como su hermana Lucía necesitara ayuda y no se la dieran, no sabía que las hacía. Porque claro, ellas sacaron el magisterio y Lucía era la única que les sacó las castañas del fuego, porque llevaba el dinero que se sacaba peinando. Y también hacía la depilación eléctrica. ¡Uy! Yo recuerdo que una compañera mía, profesora, a veces subía a que le hiciera el bigote.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Si era una buena moza, Lucía, sí, y guapa también. Muy vistosa, con el pelo rubio, los ojos azules, y unos taconcillos...</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Bueno ¡ya!... No, si es verdad que iba siempre muy arreglada, y con una falda de vuelo subía por aquella cuesta...</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Se casó con un catalán, con un camionero, y lo debía tener en palmitas; a veces decía: "Cuando venga mi Pepe." Creo que se llamaba Pepe.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- También tuvo un novio que era un poco chuleta. Así era guapo, se las daba de galán...</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Si me acuerdo que tuvo un desengaño.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Y Felisa se caso con uno que era más joven que ella, 3 o 4 años, y en aquellos tiempos... claro su madre le decía que tuviera cuidado.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Pero era un buen chico, yo le conocía.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- ¡Ay! La Felisa iba conmigo a la escuela y bajábamos juntas. Me venía a llamar y gritaba ¡Marisol! y yo, ¡ya bajo! Ya ves, hasta allí abajo teníamos que ir al instituto, a las 3 de la tarde. Y luego por la noche a su casa después de cenar. Allí me calentaba y hablábamos...</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- No sería porque pasaras frío en tu casa.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- ¡Uy no! Pero por estar allí todas alrededor de la estufa. O también estábamos en el portal, porque allí las mujeres montaban una tertulia y nosotras también queríamos escuchar y ver a la gente pasar. Se sentaban allí con las sillas, en la puerta de casa ¡pues como en todos los pueblos! Y un día me decía: "Mira, ¿no es ese el moreno que te gusta?" "¡No quiero verlo!" "Tu no te apures. Olvídalo. Si ya sabes que estas cosas son luego lo que Dios quiera." Qué buena era, siempre echándome un capote.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Se caso un mes después que nosotros. Claro, ya no estábamos. Nos habíamos ido a Guadalajara supongo, a trabajar. En agosto nos casamos, y en Septiembre ya no estábamos. A la de Lucía si que fuimos.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- ¿Si fuimos? pues no recuerdo nada.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- ¡Anda! ¡Claro que fuimos!</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Es que, ya ves , mi memoria funciona así, como a chispazos. Algunas cosas las recuerdo como imágenes perfectas y otras como si no hubieran sucedido nunca.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Ay, la memoria, la memoria... a veces, te acuerdas de lo que pasó hace 50 años y no de lo que hiciste ayer.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">- Lo que hace la edad...</span></div><div><br /></div><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-73159505428414321612009-12-15T11:03:00.001-08:002011-10-11T06:23:13.323-07:00Mírame<span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre"> </span><span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Cuando me lo dijeron no me lo podía creer. La chica que tanto te gusta estuvo en la inauguración. No puede ser. Aquel día, yo estaba allí. </span></span><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">Trabajo como fotógrafo para una revista de arte. Me encargo de inmortalizar a aquellos que van a las exposiciones, a los artistas que luego acompañarán la debida reseña dominical, incluso, a veces, me toca cubrir festivales de teatro y artes escénicas, lo cual me resulta mucho más entretenido. Sin embargo, a la hora de fotografiar prefiero hacerlo en la intimidad y a una sola persona. Monográficos. Chicos y chicas, normalmente de mi edad - no me atrevo aún con la majestuosa dignidad de algunos ancianos; siento que les traicionaría - posan a menudo para mí, y, de vez en cuando, expongo en la galería de un amigo. He vendido algunas fotos y me han pagado bien. </span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">Una de las modelos era tan hermosa... La mayor parte de las fotos que me han comprado son de ella. Posó para mí una noche de verano, de esas en las que llueve tanto, y el agua caliente del suelo se evapora y todo huele raro, no a tierra mojada, sino raro. Habíamos bebido un poco y mi casa estaba al lado. Subimos para resguardarnos del diluvio. Se entretuvo largo rato mirando mis fotos, y fue ella la que me pidió que, le hiciera una sesión.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">LLevaba un vestido blanco con un infantil estampado de helados, estaba empapada. Se sentó en un sofá negro al lado de una ventana. Las gotas resbalaban por el cristal filtrando la luz que luego recorría su cuerpo. Se le marcaban los huesos de los hombros y los pezones, pequeños y oscuros, se insinuaban entre los helados como pepitas de chocolate.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">Amaneció en seguida. Cuando estuvo seca del todo se levantó y dándome un abrazo especialmente largo y fuerte, me agradeció una noche tan agradable. </span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">Se que ella ha comprado una de las fotografías. Mi amigo, el galerista, me lo dijo. No la he vuelto a ver. Ya es octubre. Y aquel día estuvo allí, en el museo. Y yo también. Toda la tarde haciendo fotos y no la vi. Esta mañana en un momento de lucidez, he buscado entre las imágenes que tomé esa tarde. Y allí estaba. Claro que estaba. Sola. Paseando entre la gente. En una de ellas incluso me miraba directamente. Y yo, parapetado tras la cámara como un animal asustado.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space:pre;font-size:85%;" > </span><span style="font-size:85%;">Dos dimensiones. Para mí, ella será siempre en dos dimensiones. Las redondeces, las hendiduras, los pliegues, el volumen en el espacio... todo eso está ya lejos. Ella me seduce una y otra vez desde el plano. Tendida en el sofá. Regocijándose en su inmovilidad y condenada para siempre a esa media sonrisa.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div><br /></div><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-61343363155669650112009-12-11T09:33:00.000-08:002011-10-11T06:23:36.043-07:00...<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">A los gordos no se les pregunta: ¿Y tu porqué estas tan gordo? No se les dice: ¿Sabes? Me he dado cuenta de que eres obeso.</span></span><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">¿Porqué todos creen tener derecho a opinar sobre mi silencio, en mi cara?</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">No comprendo la omnipresente obligación de entretener al prójimo. Esa manía colectiva al silencio.</span></div><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-60591085876980242092009-11-26T10:58:00.000-08:002011-10-11T06:24:36.989-07:00Una vez teoricé...<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Lo ideal siempre ha sido y será alcanzar:</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">La asexualidad.</span><br /><span style="font-family: arial;">La insensibilidad absoluta por los sentimientos.</span><br /><span style="font-family: arial;">El placer y diversión por el mal ajeno.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Hay tanto mal en el mundo... lo pasaríamos estupendamente.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-82645611008017111182009-11-10T12:47:00.000-08:002011-10-11T06:25:06.787-07:00Solos<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Habíamos dejado la estación a las 12:23. Viajábamos de pié ya que no había asientos libres en el tren, que traqueteaba violentamente. Como una flecha, atravesábamos montañas y cruzábamos ríos construyendo túneles y puentes a nuestro paso. Siempre en línea recta.</span></span><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">Su reloj marcaba las 12:05. Estaba solo. Tenía un cuerpo fuerte y bien formado, aunque aún se intuía ese desgarbo tan propio de los adolescentes que intentan dejar de serlo. No creo que llegara a los veinte años. Miraba con curiosidad por la ventanilla y su mirada tenía un ligero rastro de temor. Parecía el tipo de chicos duros y luchadores que pueden llorar a moco tendido por una mujer. El llanto más antiguo de la historia del hombre. </span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">En determinados momentos de la vida tenemos que saber estar solos. Debemos elegir estar solos, para en el momento en el que no tengamos más remedio que estarlo, hayamos aprendido bien la lección. Cuatro por tres: doce, cinco por cinco: veinticinco, dos por uno: dos y uno por uno: uno. UNO POR UNO: UNO.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">Yo estaba sola por elección. Él, por obligación. Nos mirábamos y pensamos el uno en el otro.Yo en su cuerpo, y él en mis ojos, tan abiertos.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">Su reloj marcaba ahora la 1. En pocos minutos llegaríamos a la estación. A a las 2.</span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;">Furtivamente, le miré. Y él, abstraído con su pensamientos, sonreía embelesado. Pensaba en la hermosa joven que no llegaba a los veinte años y que ahora consultaba la hora en Trafalgar Square: la 1 del mediodía.</span></div><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-797908143560053912009-05-18T13:00:00.000-07:002011-10-11T06:25:52.622-07:00Instrucciones<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">"Qué hacer cuando llegue el fin del mundo" decía el folleto del viejo sentado a mi lado.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">15 min para que llegara el siguiente tren. No encuentro las canciones de Beirut que me gustan. ¿Seré capaz de haberme metido toda la discografía en el ipod excepto mis dos canciones preferidas? Jo, porqué seré tan retrasada...</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Al viejo no le interesaba mucho el folleto, después de mirarme sonriendo durante un rato - que le he vsto por el rabillo del ojo - se ha cansado y ha empezado a dormitar con la cabeza colgando y la boca abierta, sí, con un hilo de saliva saliendo de ella.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Al otro lado de la vía, justo en el banco de enfrente una pareja se besaba y a su lado una gorda con la mirada perdida se hurgaba la nariz. Ojalá hubiera tenido el cuerpo como para reírme, porque me entraron muchas ganas.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">En ese momento una joven negra con ropas coloridas empezaba a recorrer el andén cogeando y murmurando algo. Cada dos pasos se paraba delante de alguien, que sistemáticamente negaba con la cabeza. ¡Por favor, que alguien le diga que sí!Que le den un euro o lo que sea. Entonces llegó a la altura de la gorda, que dejó su tarea (por lo menos tuvo esa delicadeza) para negar también. Y los enamorados negaron al unísono. Y así llegó al final del andén y se dió la vuelta con la cabeza baja, y pasó por delante de todos otra vez, humillada.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Creo que voy a llorar.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Y lo peor es que dentro de una hora, ¡qué digo una hora! 10 min, me habré olvidado para siempre de ella. Bueno, no sé si eso es lo peor o lo mejor de todo.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Ha llegado el tren. Subimos todos, mi amigo viejo se despierta y sube también sentándose enfrente. Un sudamericano se duerme a mi lado y empieza a darme codazos mientras sueña. Dios, casi me da un manotazo en la cara. ¿Porqúé no pueden dejarme todos en paz?</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Delante de mi el fin del mundo. Qué hacer cuando tu novia te deja por otra. Más guapa, más alta, más delgada, más todo.</span><br /><span style="font-family: arial;">Delante de mi el fin del mundo, uno arrugado y baboseado por un viejo verde.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-23163200093685103712009-05-14T17:14:00.000-07:002011-10-11T06:26:17.462-07:00Por favor, ¡ya!<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">¡Dios mío!Creo que estoy empezando a obsesionarme con sus piernas.</span><br /><span style="font-family: arial;">En clase las siento, sé que están ahí. Y me estan mirando ¿Y qué hacer? ¿Seguir tomando apuntes como si nada?</span><br /><span style="font-family: arial;">Además, llega el verano. Cuánto más se acerca, más se acortan sus faldas. Y cruza las piernas, y se las acaricia. Seguro que lo hace para provocarme, la muy perra.</span><br /><span style="font-family: arial;">El otro día consintió en venir al cine conmigo. Menos mal que yo ya había visto la película, porque no fui capaz de concentrarme. No me hubiera enterado de nada.</span><br /><span style="font-family: arial;">Entonces, tomé aliento, cogí fuerzas, y lo hice: le puse una mano en el muslo. Delicadamente, como si no se fuera a enterar, pero las dos sabíamos que era inevitable. La pantalla desapareció. ¡Qué vergüenza!¿En qué momento se me ocurrió hacer esto? Jo, pero que tacto tan agradable...</span><br /><br /><br /><span style="font-family: arial;">Tengo miedo.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-40600258674666762292009-04-26T05:18:00.000-07:002011-10-11T06:26:46.766-07:00Lo que nos queda por recordar.<span style="font-family: arial;font-size:85%;" >Se nos ha olvidado, cariño.<br /><br />Quién tomó la decisión.<br />Quién besó primero.<br />Quién decidió que era el momento adecuado para meter la mano en mi ropa interior y sentir la humedad.<br />O si fuí yo.<br />O fuíste tú.<br />O fueron mis dedos, nuestro sudor o tus pestañas quienes soltaron un gémido estremecedor justo antes de correrse.<br />Quién imaginó congelar la fiesta para poder decir en voz baja te quiero. Y quién lo dijo gritando en el momento que quitaron la música.<br />Y de dónde ha salido este mordisco en la ingle.<br />Ese recuerdo se me ha quedado en el fondo de la vagina.<br />¿O de la copa?<br /><br />¿Cuándo recordaré que no eres tú el que está en mi cama?<br />Hoy no. Y seguramente mañana tampoco, pero me gusta que sea así</span>.<div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-25496450187191856872009-04-24T15:36:00.001-07:002011-10-11T06:27:15.665-07:00¡Una de enamoramiento, por favor!<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Hoy he comenzado un experimento psicológico, sobre el amor, la autosugestión, un experimento psiquiátrico. Sí, me voy a enamorar de mi amiga Marta. Ya lo he decidido. Yo tengo que hacerlo primero para que ella se enamore luego de mí. Todo está preparado. Debidamente organizado y planeado. Con elegancia, con estilo. Fecha, hora, quien besará primero... todo es quedar y hablarlo. Nada se puede dejar al azar. Porque la elegancia en el amor siempre es resultado de una premeditación neurótica.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Hoy hemos ido a ver una exposición de fotografía, y creo que ya he notado los primeros síntomas. Mientras miraba las fotos, solo pensaba en que ella estaba detrás de mí. Yo hablaba y ella reía. ¿Sería una risa falsa?¿por compromiso? Le he hecho sonreir. Era una sonrisa sincera, estoy segura.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Y sus labios, pensaba en sus labios. Seguro que se ha dado cuenta que la he mirado demasiado.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Me he puesto nerviosa cuando ha llegado el momento de despedirnos. Un beso en la mejilla, ¿o los dos protocolarios...? menos mal que ella es muy resuelta (sí, como aquella enana en bicicleta que vimos una vez en Berlín, tan resuelta ella).</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Que tarde tan agradable, y hemos pensado como serán las fotos que haremos mañana. Y en que no nos preocupa no trabajar en lo que nos gusta, que solo queremos ganar dinero; Y ganar tiempo, para saber que es lo que nos gusta. Y que película tan aburrida; Si ya lo decía mi amigo el seductor de las migas de pan: no te fíes de ninguna película en la que salga o Ben Affleck o Matt Damon, Dios, y encima esta además estaba escrita por este último. Un helado de vainilla y una crispy chicken.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">¿Qué más se puede pedir a la vida? Se me ocurre: una chica preciosa de la que sea muy fácil enamorarse. Y desenamorarse más fácil aún.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-38412483781295387852008-12-13T16:37:00.000-08:002011-10-11T06:29:50.060-07:00Nefasta premonición<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">- Hola Brian.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Hola Stacy. Estas muy guapa.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Gracias.</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿Nos vamos? Ha alquilado una limusina.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Por supuesto, vamos.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Una espesa niebla se extendía por el jardín.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-Que frío hace.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Sí, hace una noche de perros.</span><br /><span style="font-family: arial;">- No digas eso, ¡Qué siniestro!</span><br /><span style="font-family: arial;">- Tranquila pequeña - y aprovechado la ocasión, pasó el brazo pr encima de los hombros de ella. Y la apretó fuerte contra él. Esa noche mojaba fijo.</span><br /><span style="font-family: arial;">De repente, un aullido a lo lejos y un golpe de viento.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">- ¡¿Qué ha sido eso?! - grita él, asustado, sotándose de su chica.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Solo ha sido un perro, tranquilo...</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Esa noche mojaba, pero la cama.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">LLegaron al coche. El conductor no estaba.</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿Pero dónde coño está este tío? ¡No he pagado para que se largue!</span><br /><span style="font-family: arial;">¡Dios!¿Porqué tenía que salir todo mal?</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Sube! Nos llevamos el coche.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Pero no es tuyo, es del chofer. Eso es robar.</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿Subes o no?</span><br /><span style="font-family: arial;">- Está bien. Jolín, quiero llegar ya al baile. Seguro que Barbara y Josh estan ya allí.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Deja de lloriquear como una nena.</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Es que soy una nena! El que no debería lloriquear eres tú: "¡Oh, que miedo!¡¿Qué ha sido eso?!"</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Brian metió el pie a fondo y el coche pegó un acelerón.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">- Ten cuidado ¿quieres? No quiero morir esta noche.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">¡TUPÚN!</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Oye!¡¿Qué ha sido eso?! ¡Has atropellado a alguien!</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Cállate zorra!</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">¡TUPÚN!</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Para el coche! ¡IIIIIIIiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiihhhh! ¡Acabas de atropellar a un hombre!</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¡Dios mio! ¡Oh, joder! ¡¡¡DIOS AYUDANOS!!!</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿Dios? ¡Pero serás capullo! ¡PARA EL COCHE!</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¡No puedo! ¡Fíjate! ¡Son cientos! ¡Vienen a por nosotros!</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">En pocos segundos el coche estaba rodeado de apestosos cadáveres. Golpeaban los cristales con sus cabezas y sus miembros pegajosos.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-¡POR EL AMOR DE DIOS! ¡Se están comiendo al conductor! ¡Oh noooo! ¡Vamos a morir!</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">En ese momento, los muertos vivientes rompieron las ventanas y entraron en el coche. Brian y Stacy fueron salvajemente despedazados.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">-¡STACY!- un grito subió por la escalera</span><br /><span style="font-family: arial;">- Brian ha venido a buscarte. Y está muy guapo.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Dile que no me encuentro bien, mamá, no voy a ir.</span><br /><span style="font-family: arial;">-Pero hija. Llevas esperando este baile todo el curso.</span><br /><span style="font-family: arial;">-Ya lo sé, pero no quiero ir. Por favor dile que se vaya.</span><br /><span style="font-family: arial;">- Está bien. Pero se va a llevar un buen chasco.</span><br /><span style="font-family: arial;">-Créeme mami. No lo hago porque quiera. Es cuestión de vida o muerte.</span><br /><span style="font-family: arial;">-En fin, hija. Tu sabrás.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Su madre le dijo a Brian que Stacy estaba indispuesta. Stacy durmió tranquilamente y soñó con los angelitos. Si ella supiera lo que se perdía... Ponche, música y sexo. Y ¿porqué no? Zombis.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-8367437039081314392008-12-13T16:35:00.000-08:002011-10-11T06:30:23.671-07:00Los padres saben mucho.<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Caminaba una tarde fría y húmeda, pero soleada. La cabeza entre los hombros, las manos en los bolsillos, la mirada clavada en el suelo. A lo lejos la figura de mi padre. Atareado. A medida que se acercaba a él podía vislumbrar mi siguiente movimiento. Sabía que lo iba a hacer aunque no era algo propio de mí. Y ahí estaba él, a un metro, cincuenta centímetros, diez... Mis brazos se abrieron y las manos, antes en los bolsillos, rodearon su espalda. Cero centímetros. Olía a padre. A hombre mayor, y manso. Duro y sabio. Atrapado con mis brazos no pudo más que responderme, del mismo modo. Lo había hecho. Le había abrazado.</span></span><div style="font-family: arial;"><span style="font-size:85%;"><br />Cuando fui consciente de la situación me di cuenta porque no lo había hecho hasta entonces. No quería cargar ese peso sobre él, pero ya era demasiado tarde. Comencé a llorar y, una a una, pequeñas lágrimas saltaban de mis ojos a sus hombros. Corrían y reían libres. Se colgaban en su barba y se escondían, traviesas, en sus oídos y su pelo. Y en su cuello resbalaban.<br /><br />Ya estaba hecho. Me separé de él. Mis lagrimas eran pastosas, pegajosas... unos hilos viscosos nos unían y colgaban en el espacio entre nosotros. Le miré a los ojos, y supe, que lo había entendido todo. Me marché cabizbaja. Lo había hecho.<br /><br />Mi padre se quitó la chaqueta empapada e hizo un pequeño montón de palos y hojas. Encima colocó la chaqueta con mis lágrimas. Algunas de ellas todavía se movían, agonizando. Prendió fuego a la pira, que ardió rápidamente. Una columna compacta de humo amarillento subió hacia el cielo. Se pudo ver desde muy lejos. Mi tristeza se deshizo en una apestosa humareda y un golpe de viento se la llevó. Los habitantes del pueblo decían, murmurando, mientras se tapaban la nariz: "Ya está otra vez el del tejar quemando broza; ya está otra vez..."<br /><br />Y es que los padres saben mucho, tienen remedios que nosotros nunca llegaremos a entender. Los padres tienen toda la sabiduría del universo. Para toda pregunta, un padre tiene una respuesta. Por eso les queremos tanto. </span></div><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-67801734328506640772008-12-13T16:29:00.000-08:002011-10-11T06:33:08.707-07:00La perversión y la tristeza desbordaron el calcetín.<span style="font-family: arial;font-size:85%;" >Mira que se lo tengo dicho. No te limpies el pene con mis calcetines… pues nada, él, erre que erre. Y así, cada vez que nos vemos, calcetines pegajosos. En cualquier caso, es un indicador fiable del estado de nuestra relación. Cada vez que siento el fluido en mi pie, una cálida sensación de tranquilidad invade mi cuerpo; por supuesto, a esta le sigue un escalofrío de repulsión.<br /><br />-Eres un cerdo ¿lo sabes?<br />-Si, pero te encanta.<br /><br />Me conmueve ese tono de omnisciencia en su voz, sobre todo porque los dos sabemos que tiene razón. Paulatinamente nos hemos convertido en unos pervertidos, y nos gusta. Nos regocijamos en esta nueva faceta de nuestra personalidad. Es un nuevo juguete sexual que parece no tener fin. No necesita pilas y nos ha salido gratis. Llegó, como llegan los chocolates y bollos a la nevera de nuestras madres, no te los esperas, no los pides, y tampoco te paras a pensar lo bien que sienta encontrártelos, pero ahí están, por obra y gracia de nuestras santas madres.<br /><br />Pues a nosotros, con esto de la perversión, nos pasó igual, aunque está vez nuestras madres estuvieran totalmente al margen. Todavía no somos, lo que se dice, unos expertos en la materia, ni siquiera unos iniciados. Utilizando el lenguaje típico, somos amateurs. A mi no me gusta llamarnos así, sinceramente, me parece demasiado vulgar, pero es para entendernos. Convertirse en pervertidos no es lo que se dice: una tarea fácil. Es agotador acarrear con la perversión a todas partes, es un ejercicio mental sobrehumano. Además, una vez que empiezas, esto no tiene límites, y mantenerla intacta cuesta lo suyo. No quiero ser gafe, pero me temo que con la facilidad que nos llegó, se nos va a ir, al igual que el chocolate desaparece de la nevera, y sí, será muy divertida, pero no hay que jugar con fuego. No tenemos ninguna aspiración mayor, pero nunca viene mal dar un poco de gracia a los asuntos de alcoba, sobre todo, si el compañero es siempre el mismo.<br /><br />A menudo nos preguntábamos cuál sería nuestra próxima hazaña. Pero, en el fondo, los dos sabíamos que no era más que un juego tonto. Si éramos pervertidos no lo expresábamos a menudo, nos salía por casualidad, espontáneo, pero esperábamos impacientes la próxima puesta en escena de nuestra nueva amiga. Desde el suceso en la cocina, que no creo necesario describir aquí, no por evidente (que no lo es) si no por inoportuno, no nos hemos vuelto a ver implicados en algo similar.<br /><br />De cualquier modo, siempre hemos sido más o menos gente maja y normal. Esto no es más que una anécdota en nuestra relación. Un paréntesis, un inciso.<br /><br />-------------------------------------------------<br /><br />Pasan los días. Y las noches. Y Ella sigue tirada en la cama, pensando y dando vueltas. Las noches, sudorosas, y los días malolientes. La cama pegajosa y desecha. “¿Qué hora será?”<br />Cuando no está él no se preocupa de sí misma, se siente ajena a su cuerpo. Ajena a los demás y a lo que significan. Elementos de un intrincado sistema de relaciones, le parecen totalmente artificiales y lejanos e inalcanzables para ella, de todos modos nunca quiso llegar a ellos. Es inútil social, i-un-til, no autista, lo que podría conllevar algún tipo de excelencia intelectual, es inútil igual que en otras muchas cosas.<br />Torpe. No es capaz de llevar a cabo una relación normal dentro de un contexto social amplio, a pesar de eso, a menudo, guiaba sus actos en función de los demás, por lo que nunca tuvo el control de ellos. Esto al principio le molestaba profundamente, pero ahora le ha encontrado a él. Y se ha dado cuenta de que ignorar al resto del mundo no solo se llega a hacer por obligación, como le pasaba a ella, si no por total indiferencia hacia las personas.<br /><br />Al contrario que ella, él es muy hábil, suele caer bien a la gente sin esfuerzo, todos quieren saludarle y pasar unos minutos con él, es divertido, tiene carisma natural. Sin embargo, a su parecer esto es totalmente irrelevante y la opinión o amistad de la mayoría no le afecta.<br /><br />En la cama, se retuerce sobre sí misma, meditando sobre qué sería lo que le atraería de su carácter sometido a la sociedad, era tímida, insegura, influenciable y pendiente de la opinión de la gente, no era para nada el tipo de chica que se suponía que debía gustarle, ella era la reina de la superficialidad. La exquisitez de su novio con los demás le llevó a tener muy pocos amigos, que a él le parecían los justos y necesarios. A pesar de sus diferencias en esencia, ella estaba entre ellos. Se enamoró de ella, y locamente además. Ella fascinada no pudo hacer otra cosa que corresponderle. Ahora el sentido de sus vidas era esperar a estar juntos.<br /><br />-No llores, odio verte llorar.<br />-Pero ¿que quieres que haga? Me haces llorar, me haces darme cuenta de que lo único que no me gusta de ti viene dado por todo el mal que te he hecho. Te he corrompido, y ahora se vuelve contra mí.<br />-No digas tonterías.<br /><br />Yo me oía decir esas cosas y realmente creía que tenía razón. Siempre he tenido un sentimiento de inferioridad frente a él que no puedo evitar. Pero claro, en realidad, le tengo a mi disposición, puedo hace lo que quiera con él, está sometido a mi, y tener a alguien superior a ti entregado absolutamente, te hace sentir responsable de su felicidad. Tengo mucho miedo, miedo de dejar de quererle. Pido por favor que nunca deje de amarle, ya no solo por mi felicidad, si no sobre todo por la suya. Cuando estoy con él, estoy constantemente en vilo. Por eso necesito sentir pegajosos los calcetines y estar a veces separados para saber que le sigo echando de menos. Es una criatura excepcional que ahora depende de mí. Depende de mi amor.<br /><br />No puede ser, me digo a mí misma. Que lo tienes muy consentido. Todos los caprichos se los permites. Pues esto se tiene que acabar. Feliz, pero educado. El día que me deje creo que sentiré que me quita un peso de encima, seguramente entonces me de cuenta de lo fácil que es amarle y lo complicado que yo lo hice. Solo tengo que dejar que me frote la espalda en la ducha, dejar que me bese la nuca con sus gruesos labios, dejarle amarme tranquilamente, y el resto vendría hecho. Pero nada, yo seguía empeñada en que le iba a dejar de querer. Y un día, y otro, y que nada, que no me quedaba tranquila. Total, que esto tenía que acabar en algún sitio. Nuestra relación seguía intacta, incluso mejoraba. Ya no había roces, estábamos compenetrados. Hasta aquel día en concreto. El único día en que todo debía ser perfecto y por muy poco no le dejé de querer. A esto estuve de creer que él era el culpable de mi infelicidad cuando, en realidad, era el único que la mitigaba un poco.<br /><br />En mi mente, le amenazaba. No te enfades hoy, que es un mal día. Mañana o pasado mejor. Pero no, el siempre tan cabezota. Pasé toda la tarde mirándole de reojo, no se si se dio cuenta pero le odié mucho a escondidas. Hasta la noche. Era nuestra noche. La noche en que yo, por fin había decidido que me daría cuenta de lo mucho que le amaba, pero él tuvo que estropearlo. En fin. Yo ya estaba totalmente deprimida. Él notó que yo estaba rara, porque no hice otra cosa que pegarle con el mando a distancia mientras veíamos la película. Le metía el dedo en la nariz, y descubrí que tiene cosquillas en los costados. Al cabo del rato, empezó a ponerse cariñoso, y yo, ni tirando de nuestra perversión recién adquirida, fui capaz de vencer a las lágrimas y me puse a llorar. Así conseguí conmoverle, lo que como buena aspirante a pervertida, me excitaba en exceso. Cuando me hubo consolado, decidí que qué mejor manera de festejar mi recién estrenada alegría que viendo porno. Solo fuimos capaces de encontrar una serie erótica en la que los actores tenían un cómico acento mejicano, pero fue suficiente para subirme el ánimo.<br /><br />-En cuanto te ponen el porno, se te quitan todos los males.<br /><br />Nos reímos un rato. Y decidí que ya estaba preparada para un poco de sexo de reconciliación. Sin embargo no creí que fuera tan difícil hacer el amor cuando una tiene una crisis de identidad. La luz era deprimente, roja. La serie erótica seguía en la televisión, esperpéntica.<br />Y a mi novio no se le ocurrió mejor manera de hacerlo que por la espalda. Me sentía tan sola, mirando hacia la alfombra. Notaba como mi perversión desaparecía por momentos y se iba sin dejar ni rastro, mientras que la de mi novio atrincherado en mi espalda aumentaba por momentos. Decidí cambiar todo aquello como pudiera, aunque fuera demasiado tarde.<br /><br />Me levanté, y él decidió que no iba a esperarme sentado. Así que con su pene dentro de mí y pegado a mi espalda avancé hasta la televisión y la apagué. No sirvió de nada. Entonces, cambié de posición. Le senté en el sofá conmigo encima de él. Por lo menos ya podía mirarle los ojos. Sin embargo aquel suplicio (psicológicamente hablando, por supuesto) se prolongó demasiado, terminando con todas mis fuerzas. Disimuladamente derramé unas lágrimas en su hombro, justo antes de que él se derramara dentro de mí. Me levanté al segundo y le dije: Duchémonos. Allí lloré tranquilamente, las gotas de agua cómplices de mis lágrimas.<br /><br />Al cabo de un rato mi novio empezó a quejarse de un tremendo dolor de espalda. Sin duda, el creía que se debía a la mala posición en el sofá. Pero yo sabía que ese no era el único motivo. Tuvo que soportar no solo mi peso si no el de mi tristeza encaramada a mi espalda. Ya tirados sobre la enorme cama de matrimonio de mis padres, podíamos descansar. Mi dolor psíquico se tradujo en un malestar físico en su espalda. Es en esos momentos cuando me doy cuenta de lo compenetrados que estamos. Sus besos ahora resbalaban sobre mí cuidadosamente y para nada perversos. Ahora se quien es la única perversa aquí: Es mi tristeza. Se presenta desnuda y sin vergüenza entre nosotros. Actúa a escondidas, se regodea en el dolor, y siente placer por ello, es cruel. Mi tristeza se crece en las circunstancias más retorcidas y pintorescas. Y si en otro momento todo aquel suceso en el salón me hubiera parecido indiferente, esta vez era distinto. Porque no estaba sola, mi tristeza estaba ahí. La perversión se había apoderado de ella y le daba ánimos para seguir torturándome. Se presenta en los momentos más inoportunos la muy…<br /><br />Al final, salimos a dar una vuelta, cogidos de la mano y con la brisa del amanecer en nuestros rostros. Si ya se lo dije yo, que velada ni velada. No está el horno para bollos, ni la nevera tampoco. No queremos perversiones aquí señora. Nunca me hace caso y mira que se lo tengo dicho que hacerse un pervertido no es cualquier cosa. Que no es tarea fácil. Pues él, erre que erre. Al final nos salió el tiro por la culata. Yo cargando con una tristeza degenerada y descontrolada y él, con un dolor de espalda insoportable.<br /><br />-¿Cuál será nuestra próxima perversión?<br />-Mira, mira…no me vengas con sandeces. ¡Que te lo tengo dicho!<br />-Tranquila, solo era una broma. ¿Compramos pintauñas?<br />-¿Pintauñas? ¿Para qué?<br />-Porque quiero pintarte las uñas de los pies. Un día me lo pediste y yo no quise. Hoy si quiero.<br />-Está bien. Vamos.<br /><br />Entonces me di cuenta de lo fácil que es amarle y lo complicado que yo lo hice. Solo tenía que dejar que me frotara la espalda en la ducha, dejar que me besara la nuca con sus gruesos labios, dejar que me pintara las uñas de los pies, en fin, dejarle amarme tranquilamente y el resto vendría hecho.</span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-38357498576383050882008-12-13T16:27:00.000-08:002011-10-11T06:34:01.641-07:00El sobre decidió el curso de sus conflictivas pretensiones.<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Un cadáver incorrupto. Esa era la definición exacta para mi estado. Tumbada en aquella cama, con aquel agujero en lugar de corazón. Un agujero que, a veces, él parecía llenar con besos y palabras de amor. Resultaba siempre una ilusión.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Sentía frío, un frío continuo y penetrante. Ni mantas, ni abrigos. Se había aferrado a mí como yo a la esperanza de amar. Alguien entró en el cuarto y me cubrió con su cálido cuerpo:</span><br /><span style="font-family: arial;">- ¿Te has enfadado? Perdóname. ¿Me perdonas?</span><br /><span style="font-family: arial;">- Si</span><br /><span style="font-family: arial;">Yo seguía inmóvil, sentía que él era mi ataúd. Sin embargo, poco a poco, todo su ser empezó a derretirse sobre mí. Podía sentir como se derrumbaba, ahora era yo quien le cubría. Me besó y pude notar como una lágrima había resbalado hasta la punta de su nariz, y así, hasta la mía. Y la abrazé. Sus lágrimas alargaban los brazos hasta mi cuello, deslizándose por él, y penetrando en mí por la yugular. Poco a poco, el agujero de mi pecho se fue llenando con un mar salado y de color carmín...</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Las últimas sirvieron de lacre, un lacre espeso como la sangre, para sellar un sobre. En el interior había una nota. Escrita en perfecta cursiva me susurraba: Te amo.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-29163966443291853572008-12-13T16:24:00.000-08:002011-10-11T06:32:04.513-07:00Recorro el camino de mi pecho a la alcantarilla en segundos.<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">"Benditos sean los olvidadizos, porque superan incluso sus propios errores" Nietzsche</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Me apetece hacer tantas cosas en este momento ... quiero comer chocolate, leer filosofía, quiero levantarme porque me duelen las rodillas...pero lo que más me apetce es abrazarte... tan fuerte que pueda sentir tu corazón latiendo en mi sién y pdríamos rodar por la nieve, hasta que se nos pusiera la nariz roja.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">No lo entiendo pero se borra todo sin parar y no lo entiendo. Estoy asustada...como un niño pequeño...tengo el agua hasta el cuello...Me hubiera encantado quedarme.Fingamos una despedida.Fingamos que la tuvimos.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">La música se va con el último suspiro de esperanza (dícese de la dosis de autoengaño producida por nuestro cerebro cuando se avecina una desgracia)</span><br /><span style="font-family: arial;">No me apetece hacer muchas cosas, no me quiero levantar aunque me duelan las rodillas, no quiero cortarme el pelo, pero lo que menos me apetece, es levantarme mañana y no recordarte y no poder darme cuenta de que olvidé porque no te recuerde, nada...no quiero que sea nada y me da miedo que lo sea todo.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Basada en la película "Olvidate de mí"</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-78271024365685290102008-12-13T16:22:00.000-08:002011-10-11T06:31:36.569-07:00El espeluznante testimonio de la misteriosa mujer menguante<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Al escribir esto intentaba dejar constancia de la situación irrevocable que le abordaba. Algo extraordinario le está sucediendo, está despareciendo. Si, es verdad, no es creíble… pero lo hace y no quiere que ocurra sin que nadie se de cuenta. No sabe quien la sustituye pero sospecha que no es de fiar. Aprovecha los ,omentos débiles para borrarla poco a poco, la empuja en las lágrimas cuando llora, por eso ha comenzado a guardarlas en un frasco con su nombre. Aprovecha para reírse por mí, no sabe de quién la sonrisa de su cara, pero es cruel, le estira las comisuras de los labios hasta límites insospechados, y duele; con sus carcajadas, además, le abrasa la garganta. Aún consigue ganar alguna batalla, cuando cuando acierta a pedir ayuda, pero no cree que lo soporte mucho más. La última vez lo encontró arrancándole la esperanza y quemámdola en una enorme hoguera de ansiedad en su pecho. Ha secuestrado su ego y lo ha amordazado en su estomago, y ano puede comer. Un público numeroso le señala con el dedo y se ríe de Ella, llevan caretas de sus amigos.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Como dije, está desapareciendo, y antes de que eso suceda ha tomado una serie de medidas de seguridad.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Ha fabricado una careta y unas gafas de Ella. Ha grabado unas canciones que Ella misma ha compuesto, pues el intruso no entiende de música, cada nota es esencia de sí misma. Ha escrito cartas a diferentes personas de su círculo más íntimo para que las lean cuando haya desaparecido por completo; por temor a que cuando perder el control de las manos, el las quemara, las ha guardado en la caja sonora de su guitarra donde el nunca miraría. Todo esto lo hace mientras llora, el único momento en que el está despistado. Se dedica a empujar trocitos de mí por mis lacrimales.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Creo que todo esto empezó en ese momento en el que se dio cuenta de que todo por lo que había luchado era falso, y el fracaso le escupió en la cara, la humillación y la tristeza la retenían y no se pudo limpiar. Poco a poco la desilusión se le agarró a las terminaciones nerviosas de su cerebro y ahora es demasiado tarde, está ganado terreno y Ella perdiéndolo.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Ayer se miró al espejo y no se reconoció. Cada suceso de su vida le recordaba lo insignificante que se volvía por momentos, ya solo era una marioneta de Aquel. Así que cogió un estropajo de metal y se arañó la cara hasta que n pudo ver más que sangre. Ahora lleva la careta todos los días, se pone sus gafas de Ella y sale a la calle. Ya ni siquiera puede ver a través de sus ojos. Ha sido derrotada pero no podrían decir que no lo intentó. Desaparece, se consume en su ansiedad y se pudre en su estomago. Desde fuera nadie se ha dado cuenta aún. Aquel es tan listo…</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Este es el testimonio de Ella. Actualmente rescatarle de las profundidades de sí misma es cosa de un imposible, pero sabed que Ella escucha. Es lo único que le queda. Quizás por morbosa crueldad de Aquel, pero todavía es capaz de escuchar como funciona su vida sin Ella. Subió demasiadas veces para luego bajar corriendo y así empezó todo.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-7041518700750414872008-12-13T16:20:00.000-08:002011-10-11T06:31:01.205-07:00El placer de los locos: nihilismo edulcorado.<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Creo que un agujero negro se acerca; siento la desfragmentación de toda mi materia... nunca me había sentido así, algún hecho sobrenatural debe estar produciendose. Inusual o insustancial, o demasiado sustancial. Raro, original, singular, puntual... sinónimos. Sinónimos de superable, temporal, circunstancial, coyuntural... Se da la coyuntura para que la perforación sea un éxito. Dos minutos. Aún queda tiempo para recapacitar, sin embargo, Ella no recapacita, lo hace todo sin pensar. ¿Para que va a meditar ninguna decisión? Como decía Cioran: "Sobre un planeta gangrenado deberíamos abstenernos de hacer proyectos</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">"Nihilismo en estado puro. Sadomasoquismo edulcorado. Tendencia a la evasión de la realidad.Diagnóstico referencial: tendencia a caer en estado REM cuando debe adoptar una posición.La obligación es intrínseca a Ella y la decisión de que obligaciones debe afrontar necesita una árdua autoevaluación.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">El nihilismo no proporciona la felicidad.</span><br /><span style="font-family: arial;">El nihilismo no proporciona la felicidad.</span><br /><span style="font-family: arial;">En realidad da igual, pues un nihilista no le importa nada, por lo que es absurdo preguntarse ese tipo de cosas.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Azucar. azucar y droguémonos con el azucar. Un terrón, un chute. La dosis necesaria de vanalidad para el nihilista empedernido.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-55558351551493455552008-12-13T16:19:00.000-08:002011-10-11T06:28:09.336-07:00"Leo luego disfruto, sufro luego escribo"<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">Ella nunca ha estado enamorada. No va con su naturaleza. Sin embargo, sabe perfectamente cuales son los sentimientos del despecho. Es incongruente, pero esto también es intrínseco a su naturaleza. Asi que sabe como reaccionaría en caso de que le dejaran.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Se daría a la droga y a la prostitución;a la ninfomanía y al sexo grupal;al sadomasoquismo. Se automutilaría. Vagaría por las calles más peligrosas a altas horas de la madrugada para que la violaran salvajemente 5 hombres uno detrás de otro. Entonces, perdería la consciencia, se arrastraría con los genitales doloridos, habría contraido el sida. Se acostaría con un hombre casado y con hijos y le contagiaría el sida. Cumpliría todas las perversiones habidas por haber: bondage, bukkake... Entonces sus padres la ingresarían en un centro para toxicómanos. Allí escribiría un libro autobiográfico qué sería un best seller. Se haría rica. Su padre etaría orgulloso.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Cuando saliera, rica, desintoxicada y sidosa, dirigiría la primera y última película de su vida. Sería porno, y si, autobiográfica. La promocionaría en todos los reality shows."Ella dice que su película ha sido la primera producción pornográfica en ganar un Oscar. El polígrafo dice: Que miente" Era obvio. Su película sería prohibida en China y también en el resto del mundo. Entonces la ingresarían en un psiquiátrico por ser potencialmente un peligro público.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Gracias a su dinero y a sus contactos como prostituta de lujo conseguiría toda la heroina necesaria. Se la chutaría toda de golpe y moriría en el orgasmo más intenso que jamás nadie haya experimentado. Si, moriría de amor al fin y al cabo.</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Mientras tanto, aquel sicario al que convenció una vez de que simulara que la violaba, estará obligándo al causante de todo esto a que se metiera la misma cantidad de heroina. Y así le suicidaría ella. Y moriría corriéndose, con un solo nombre en la cabeza: Ella.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2586444112804950963.post-39063769877858431122008-12-07T17:32:00.000-08:002011-10-11T06:27:46.999-07:00ELLA<span style="font-size:85%;"><span style="font-family: arial;">"Ella era taciturna, de pocas palabras, angustiada y sensible; para Ella la vida era como un pastel cubierto de arsénico, y cada bocado le envenenaba un poco más"</span><br /><br /><span style="font-family: arial;">Allí estaba Ella sujentando impertérrita el pitillo. Con el brazo en alto, cuidadosamente colocado en ángulo agudo respecto al cuerpo. Iniferencia fingida y teatralismo tan acentuado que podría resultar empalagoso. Pero no. Ella es perfecta. Exhala un perfumeque flota a su alrededor en un halo de misterio y caramelos. Porque Ella es así. Como un caramelo: dulce. Pero que está relleno de hieles. La mitad de los jovenes del local, conocen su temible capacidad de jugar con ellos y parecer encantadoramente inocente. Aún así el magnetismo que ejerce sobre ellos es inevitable.¿Me pregunto si será ese olor dulzón y embriagador que desprende? Supongo que es solo mi imaginación.Ella siempre decía que todo era consecuencia de la insoportable (o adorable) debilidad secreta del hombre.</span></span><div class="blogger-post-footer">Avellana</div>manzanahttp://www.blogger.com/profile/02251919416386189598noreply@blogger.com0